jueves, 12 de mayo de 2016

INCUBANDO LO EMOCIONAL.


No sé qué decir con todo lo que he llegado a sentir hoy, pero quiero comenzar escribiendo desde el sentimiento. Hoy hemos llegado a clase todos, estábamos ilusionados con la grabación del video grupal, para empezar Pilar ha comenzado la clase diciendo como nos íbamos a organizar.

Por un lado, nuestra profesora  nos ha dicho quién iba a hacer de Blancanieves, la verdad es que yo no estaba muy segura de hacerlo porque cuando fui a Sigüenza hice de Blancanieves, pero  al final me he animado cuando he visto a mi compañera Ainhoa levantar la mano, así que he decidido que tenía que volver a sentir a esta persona pero desde otro punto de vista, desde lo emocional.

Pues bien antes de comenzar a grabar hemos hecho un recuento de las manzanas que habíamos llevado, no es casualidad que hiciéramos de Blancanieves 5 personas y que nos salieran las manzanas justas, una vez más hemos dado cuenta  todos que  la sincronía está presente y que había quince manzanas más Blancanieves que sumarian dieciséis. El número dieciséis lleva persiguiéndonos desde nuestra deriva a Sigüenza, ha influido en todos los miembros que formamos la clase y se ha hecho reflejar en el video final de la clase.

En primer lugar, quiero decir que he sido la primera en sentir esta experiencia, entre todos hemos visto como nos teníamos que colocar y sobre todo hemos hablado de cómo  teníamos que dejar fluir nuestras emociones.

Al empezar el video sentía una protección gracias a Pilar ya que ella me transmitía fuerza con su color rojo y además ella era la guardiana que iba a guardar y a proteger mi sitio, al principio cuando he mirado fijamente a la primera bruja he sentido alegría de hecho me he estado riendo un buen rato hasta que me han ido poniendo más carga con el color negro y me iban transmitiendo sus peores adicciones. Poco a poco me he ido controlando, dejando los nervios y las risas a un lado, aunque  a la vez me sintiera muy agotada y entristecida… Cuando peor me he sentido ha sido cuando Andrés me ha atado los brazos y el dudaba de si darme la manzana o no, en ese momento no sabía que hacer.

Luego he seguido con Manu y me ha mirado con rabia y dolor, cada vez me he ido sintiendo más débil… hasta que al final Paula me ha dado su manzana e iba cargada de ropa negra que todo el mundo había ido poniendo sobre mí. Durante unos instantes me he quedado callada, estaba revuelta entre emociones, me sentía pesada y dolida con toda la carga emocional de mis compañeros hasta que ya no he podido más y he pedido la ayuda de todos ellos, me he roto, era una mezcla entre compasión al ponerme en el lugar de los demás y a la vez dolor.

Finalmente, gracias a los abrazos de todos y  a el de mi profesora Pilar he podido relajarme y sentirme protegida, decir que lo que he sentido hoy lo recordare toda mi vida. Solo puedo decir que  gracias por haber compartido conmigo vuestros sentimientos y que al final todos somos personas, que aunque estés en la piel de otra persona siempre existen emociones que compartimos.

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