No sé qué decir con todo lo que he llegado a sentir hoy, pero quiero
comenzar escribiendo desde el sentimiento. Hoy hemos llegado a clase todos, estábamos
ilusionados con la grabación del video grupal, para empezar Pilar ha comenzado
la clase diciendo como nos íbamos a organizar.
Por un lado, nuestra profesora nos
ha dicho quién iba a hacer de Blancanieves, la verdad es que yo no estaba muy
segura de hacerlo porque cuando fui a Sigüenza hice de Blancanieves, pero al final me he animado cuando he visto a mi
compañera Ainhoa levantar la mano, así que he decidido que tenía que volver a
sentir a esta persona pero desde otro punto de vista, desde lo emocional.
Pues bien antes de comenzar a grabar hemos hecho un recuento de las
manzanas que habíamos llevado, no es casualidad que hiciéramos de Blancanieves
5 personas y que nos salieran las manzanas justas, una vez más hemos dado cuenta
todos que la sincronía está presente y que había quince
manzanas más Blancanieves que sumarian dieciséis. El número dieciséis lleva persiguiéndonos
desde nuestra deriva a Sigüenza, ha influido en todos los miembros que formamos
la clase y se ha hecho reflejar en el video final de la clase.
En primer lugar, quiero decir que he sido la primera en sentir esta
experiencia, entre todos hemos visto como nos teníamos que colocar y sobre todo
hemos hablado de cómo teníamos que dejar
fluir nuestras emociones.
Al empezar el video sentía una protección gracias a Pilar ya que ella me transmitía
fuerza con su color rojo y además ella era la guardiana que iba a guardar y a
proteger mi sitio, al principio cuando he mirado fijamente a la primera bruja he
sentido alegría de hecho me he estado riendo un buen rato hasta que me han ido
poniendo más carga con el color negro y me iban transmitiendo sus peores adicciones.
Poco a poco me he ido controlando, dejando los nervios y las risas a un lado,
aunque a la vez me sintiera muy agotada
y entristecida… Cuando peor me he sentido ha sido cuando Andrés me ha atado los
brazos y el dudaba de si darme la manzana o no, en ese momento no sabía que
hacer.
Luego he seguido con Manu y me ha mirado con rabia y dolor, cada vez me he
ido sintiendo más débil… hasta que al final Paula me ha dado su manzana e iba
cargada de ropa negra que todo el mundo había ido poniendo sobre mí. Durante unos
instantes me he quedado callada, estaba revuelta entre emociones, me sentía pesada
y dolida con toda la carga emocional de mis compañeros hasta que ya no he
podido más y he pedido la ayuda de todos ellos, me he roto, era una mezcla
entre compasión al ponerme en el lugar de los demás y a la vez dolor.
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