En clase hemos hecho un
taller de dibujo. Por grupos y con papel blanco largo íbamos dibujando
siguiendo unas pautas. Esta actividad la hemos dividido en dos días para que pudiéramos
disfrutarlo todos los compañeros de clase.
En el primer dibujo debíamos
dejar fluir nuestra imaginación y dibujar lo que se nos ocurriese:
El segundo dibujo tenía que
ser igual pero escuchando música:
El tercer dibujo consistía en
dibujar con los ojos cerrados, tapándonos con un pañuelo. Este dibujo me gustó
mucho ya que era todo un reto dibujar sin ver lo que estábamos haciendo:
El cuarto dibujo era
parecido al tercero, con los ojos cerrados tapados por el pañuelo pero esta vez
con cascos escuchando música. Este dibujo también me gustó un montón ya que la
imaginación no paraba de fluir:
El quinto dibujo parecía un
poco complicado de realizar al principio. Teníamos que atar, con un pañuelo, la
mano con la que normalmente escribimos a la del compañero/a de enfrente, y
dibujar con la otra, en mi caso la izquierda:
El sexto y último dibujo era
como el anterior pero escuchando música:
Tras compartir nuestras
opiniones en clase, todo estábamos de acuerdo en que dibujar con música era más
motivador y nos hacía tener mayor imaginación a la hora dibujar. El dibujar con
la mano contraria con la que solemos escribir pensaba que iba a ser más
complicado y que el dibujo iba a ser un “churro” pero me sorprendió la capacidad
que tenemos para dibujar con nuestra mano “débil”.
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