viernes, 8 de abril de 2016

Que bonita forma de dejarse llevar.


Recuerdo estar en casa y ver un mensaje de nuestra profesora Pilar en el que decía que para la próxima clase habría que llevar un pañuelo y que no nos importara que se manchara. Esto causo en mi cierto desconcierto, porque he de decir que amo los pañuelos, tengo una caja llena que comparto con mi madre, cada uno de mil colores, todos diferentes, más pequeños, más grandes, cada uno tiene algo especial, porque es un regalo, porque es de alguien querido o porque simplemente es uno de mis favoritos. Y yo que soy una persona muy inquieta y muy nerviosa empecé a darle vueltas, ¿y para qué será esto? si lo tengo que manchar, ¿ cuál de todos me llevo ? 
Después de no llegar a ninguna conclusión, vi uno rosa clarito que me apasionaba cuando era niña y dije pues este, espero que no se manche mucho porque como no pueda luego quitarlo me voy a arrepentir. Pero finalmente, después de haber salido a toda prisa con el pañuelo llegué a casa de mi abuela como todos los días y le conté mi situación que me daba pena usar ese pañuelo de mi color favorito. Ella me miró y me dijo: "hija si será por pañuelos, mira yo te dejo que me manches este y si lo pintas me lo das" Y dije perfecto, además lo sentí como algo especial que fuera de mi ella, a la que dato curioso, desde pequeña llamo "Mami" porque para mi es como si fuera mi segunda madre. Iba yo tan ilusionada pensando que íbamos a pintar el pañuelo cuando nos encontramos con cuatro experimentos, los cuales fueron aún mejor que pintar un pañuelo que ya habíamos hecho cuando éramos pequeños. Al principio comenzamos a pintar de la forma más común y sencilla. Posteriormente lo hicimos con música, que me dejo llevarme aún más porque me paso el día escuchando música ya que es la única forma de tranquilizarme. Además quiero añadir que en los dos últimos experimentos tapando los ojos con el pañuelo y atando la mano al compañero, no pude asistir ya que me encontraba fatal con gripe, pero fue un momento inolvidable en el me encontraba en mi cama con fiebre y veo un WhatsApp de mi compañera Celia con la siguiente foto: 


Para mi fue un sentimiento tremendo, como un escalofrío, me hizo mucha ilusión que se acordará de mi, de mi ilusión, de mi magia como ella dice. Con sus palabras "así plasmo un pedacito de ti" , me encantó. 
Todo esto me llevó a unos recuerdos muy bonitos, a mi infancia, en la que adoraba pintar, que me sentía feliz cuando en el colegio se hacían concursos de dibujo y hubo algún que otro año que gané. Pero llega un momento en el que por circunstancias, por mucho que te encantara pintar, dejas de hacerlo porque no tienes tiempo o porque tienes demasiado que estudiar para ponerte a pensar en "perder tiempo dibujando, si hombre". 
Con todo esto, os comparto mi reflexión acerca de esto.
¿Quién no ha pintado de pequeño? Nos podíamos pasar horas y horas en una mesa con un papel y colores dejándonos llevar por la imaginación, plasmando en el ``lienzo´´ lo que sentíamos y era importante para nosotros, lo que nos atañía en ese momento, nuestras preocupaciones, pero también dibujábamos los momentos buenos y felices.
Pero pasan los años y pintar se convierte en ``cosa de niños´´, le tenemos un escrúpulo que nos hace rechazarlos. ``Es perder el tiempo´´ dicen muchas. ``¿Para qué me voy a poner a pintar con mi edad?´´ dicen otros. Pero no se dan cuenta de lo útil que puede llegar a ser reflejar en un papel lo primero que se te pase, lo que sientas, lo que te apetezca. Dejarte llevar por tu espontaneidad y situación y llenar de vida un papel inerte. A veces puede ser tan satisfactorio y producente para quien realiza la actividad que le puede ayudar a aclarar ideas e incluso desconectar de su día a día. Sigamos siendo ``niños´´, pintemos, creemos, disfrutemos y desconectemos. Dejemos que la pintura sea esa puerta de salida y expongamos lo que llevamos dentro. Pintemos de color nuestros días.

Aquí algunos dibujos:


(Como podeis observar, me encanta la fantasía) 
Toda la magia existe, consiste en creer y pensar que todo lo que queremos podemos hacer que exista si tenemos ilusión.

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