Un abrazo, que bonito pensamos,
¿verdad?, o tal vez para otras personas no. Eso es lo que he podido comprobar
en esta clase, que mi pensamiento de que los abrazos son una muestra increíble
y lo que yo consideraba algo general, no es así para otras personas, y no
porque sean poco cariñosas, sino porque tal vez les recuerdan a momentos que no
les gusta recordar o el temor que inunda su cuerpo cuando lo sienten.
Pero desde mi perspectiva a veces
nos sentimos tristes, solos, tenemos días bajos. Y hay alguien que llega, nos
mira y nos da un abrazo. Hay personas que dirían: “Ay quita déjame en paz”,
porque pueden ser menos cariñosas, pero si nos paramos a pensar, bueno más bien
a sentir, ¿qué hay más sentido que un abrazo de una persona que quieres? Porque
un abrazo puede ser sólo un gesto de cortesía, tradición, o un simple saludo
para otras culturas. Y como todo, se puede sentir y o fingir. Pero cuando se da
un abrazo de verdad nos quedamos sin palabras. Porque un abrazo significa,
trasmite, mucho más que lo que es el gesto en sí. Un abrazo para mi significa
complicidad, tranquilidad, demuestra afecto, sentimiento, transmite protección,
cariño, amor.: es decir, reconforta de una manera especial. Y es que, en esos
momentos bajos, tristes, no hay nada que más fuerza de que un abrazo. Y por el contrario, en los momentos felices
expone el punto álgido de la emoción, de la ilusión, de la felicidad. El abrazo
es ese resumen de sentimientos que sólo el abrazo trasmite. Y en particular
cuando se da un abrazo a alguien que está lejos y que haces tiempo que no ves.
Por
eso para mi, el abrazo es ese te quiero que mejor no se puede decir.
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