El primer día de clase comenzamos la asignatura con una dinámica
muy particular, nos pusimos por parejas y le contamos a nuestro compañero
nuestra peor pesadilla.
Fue muy curioso, ya que la pesadilla que me contó mi
compañera Sandra era muy parecida a la mía, teníamos exactamente el mismo
miedo, perder a alguien a quien queremos y no poder despedirnos. El hecho de
que fuera el mismo miedo hizo que nos resultara más sencillo hacer nuestros antídotos,
que decidimos que fueran escribir una carta donde nos despidiésemos y quemarla
y hablarle a las estrellas cada vez que quisiésemos decirles algo.
Esto me hizo pensar mucho, y darle muchas vueltas a ese sueño que le conté a mi
compañera y al porque tengo ese sueño todos los años justamente la noche
anterior a mi cumpleaños. Y sobre todo me hizo reflexionar acerca de lo que es
el miedo, para mí el miedo es angustia hacia algo que no te esperas, a que
ocurra de golpe algo irremediable que te puede cambiar la vida para siempre. Obviamente
un miedo te hace llorar, peor cuando eres capaz de superarlo eres capaz de reírte
de ello. Al fin y al cabo la vida está compuesta de momentos, unos malos y
otros buenos, pero lo cierto es que las personas solemos quedarnos con los
malos y olvidarnos de los buenos.
En mi caso no es así, he tenido miedo muchas veces, pero
miedo de verdad lo he sentido únicamente dos veces en mi vida, exactamente cuándo
perdí a dos de las personas más importantes de mi vida.
Hace 6 años perdí a mi hermana mayor en un accidente de
coche y hace dos años a mi madre por un cáncer y en ninguno momento me he
parado a pensar en lo desgraciada que soy, sino todo lo contrario, le doy
gracias a la vida por habérmelas dado aunque haya sido por un corto tiempo, ya
que con ellas e vivido muchos de los momentos más felices de mi vida.
Una me dio la vida y me enseñó a convertirme en la mujer que
hoy en día soy y la otra fue mi confidente, mi mejor amiga y mi guía en la
etapa más importante de la vida “la niñez”
Lo cierto es que mucha gente le tiene pánico a la muerte,
probablemente porque no saben cómo afrontarla o cómo manejarla y lo entiendo
porque hace unos años yo le tenía un pánico terrible, aunque la verdad es que
no deberíamos tener miedo a eso, ya que el miedo nos impide vivir, mi Psicóloga suele decirme que es bueno ser cauteloso, pero que si vives la vida con miedo,
dejas de vivir, y en cierto modo creo que es cierto. Cuando era solo una niña sufí
la primera perdida de mi vida, y en ese momento sentí que no podía haber nada
peor en el mundo pero con el tiempo me di cuenta de que cada perdida es diferente,
cada una te deja una herida distinta y eres tu mismo el que tiene que decidir
si cerrar esa herida y que se convierta en una cicatriz o mantenerla abierta y
continuar teniendo miedo.
Esta es una foto con mi hermana mayor cuando teníamos 5 y 8 años
Esta es una foto de mi madre conmigo cuando tenia 3 meses
Ainhoa qué gran fortaleza, ellas viven en tu corazón
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