jueves, 11 de febrero de 2016

DE LOS ABRAZOS AL MIEDO

Buenas, mi nombre es Rocío y voy a comenzar hablando sobre mi impresión y mis sensaciones que me han ido surgiendo durante las dos primeras sesiones de esta asignatura.
He de decir, que el primer día fue realmente impactante para mí ya que en mi cabeza tenía una idea totalmente distinta sobre esta asignatura, y sin embrago hicimos muchas cosas que nunca hubiera imaginado. Pero esto fue una sorpresa bastante grata ya que el hecho de chocar directamente con algo contrario a lo que tienes en mente puede provocar sensaciones sorprendentes en tu interior. En mi caso, puedo decir que durante la primera sesión de 5 horas pasé por varias fases con emociones totalmente opuestas: desde la alegría y la sensación de bienestar gracias a la buena energía que la profesora fue creando en el aula, la sorpresa y admiración por todas las vivencias que ella nos mostró durante su recorrido como maestra y también en su vida personal, de motivación y ganas de emprender un nuevo camino durante el que creo que vamos a aprender muchas cosas que nos servirán para ponerlas en práctica en nuestra vida y conseguir así ser más felices, hasta el sentimiento de tristeza quizás, de reflexión y de conversación con mi yo interior donde me planteé y me cuestioné algunas cosas que antes no me había parado a pensar, pero que realmente creo que de vez en cuando necesitamos también oírnos a nosotros mismos y estar satisfechos y seguros de lo que somos para así poder estar bien con los demás.
Debido a todo ello, salí de la clase con una sensación extraña pero a la vez familiar, una sensación que me hizo pensar esa noche en que quizás no le damos la suficiente importancia que nuestros propios sentimientos y sensaciones merecen. En muchas ocasiones dejamos pasar preguntas que posiblemente nos aparecen de repente y sin embargo no llegamos a resolver, quizás por no querer hacer el esfuerzo de pararnos a pensar y encontrar una solución que en nosotros mismos está.
Y éstas son algunas de las razones por los que está asignatura me ha sorprendido y me ha llenado positivamente de energía para ir descubriendo poco a poco, no sólo la esencia de la educación artística y las artes plásticas, sino también llegar a conocer mi yo interior.

En la segunda clase salió el tema de los abrazos, el cual lo llevamos más allá, sin darnos cuento que para todos nosotros significaba mucho más de lo que pensábamos, y que para cada uno de nosotros tenía un significado distinto.
Esto puede resultar bastante curioso, porque si lo miramos así por encima, no vamos a llegar a reflexiones que nos hagan pensar detenidamente todo lo que se esconde detrás de un abrazo. Sin embargo, en la clase fue fluyendo una sucesión de reflexiones y sensaciones personales acerca de lo que cada uno entendía por abrazo, o cuales eran aquellas situaciones que les llevaban a abrazar a alguien.
Salieron diferentes opiniones pero voy a hablar sobre la mía personal.
Para mí abrazar es una muestra de cariño, de afecto… que podemos dar a alguien sin ninguna otra intención. Pero sí es verdad, que los abrazos que más grabados tengo o aquellos en los que más emoción sentí los relaciono directamente con el echar de menos, con el irte a un lugar dejando a alguien querido, o el despedirte de alguien…; o por el contrario, los reencuentros. En todas estas situaciones, los abrazos que recuerdo son abrazos profundos, sentidos, con amor, con nostalgia o tristeza en ciertos casos… pero sobre todo, abrazos sinceros.
A su vez, también tengo algún que otro recuerdo bastante reciente, mucho más oscuro también, de uno de los abrazos que hace poco di. Desgraciadamente fue al abrazar a una amiga mía que para mí es muy importante y es prácticamente de mi familia, porque acababa de fallecer su abuela, con la que tenía una relación como de madre e hija. Yo me podía imaginar el dolor que ella sentía pero obviamente no podía llegar a sentirlo yo, pero aun así, de verla derrumbada, yo también me puse a llorar, ya que soy incapaz de ver sufrir a alguien que quiero. Entonces fue cuando sentí que necesitaba mi abrazo y se lo di. Fue un abrazo bastante largo, lleno de lágrimas y dolor, pero sobre todo de apoyo, de confianza y amor, demostrándola así que nos tenía a todos los demás y que simplemente era algo natural de la vida que se va superando poco a poco gracias a la ayuda de todas aquellas personas que la quieren. Como he dicho antes, yo no podía sentir el mismo dolor que ella, pero porque tampoco he vivido recientemente la muerte de un familiar cercano; pero aun así recuerdo clavado aquel momento frío y triste en el que ella me pedía a gritos que no me fuera.
Después de estar reflexionando todos sobre nuestros abrazos, nos propuso la profesora el experimentar durante la semana a dar abrazos, pero abrazos de verdad.  Así lo hice, pero personalmente yo no soy una persona que esté constantemente dando abrazos o besos, probablemente por cosas que a lo largo de mi vida me han ido pasando, por lo que me han ido haciendo más desconfiada o más fría podríamos decir. Por eso mismo, al empezar a realizar este experimento, y dar abrazos de repente a mi familia o a mis amigos, reaccionaron bastante extrañados preguntándome si me pasaba algo, porque no lo veían normal. Al principio no les decía nada, pero luego más tarde, días después, ya le conté el por qué de esos abrazos y la respuesta que me dieron todos fue la misma, y realmente fue algo que me agradó y que me ha hecho replantearme muchas cosas. Me dijeron que ya no recordaban esa niña tan cariñosa y que les gustaría que no solo fuera cosa de una semana sino que estaría bien que volviera a ser como antes y que de vez en cuando les sorprendiera con algún que otro abrazo, beso, o muestra de cariño similar.
Esto es algo difícil, el cambiar así de repente, pero creo que merece la pena intentar cambiar. Sobre todo por esas personas que te quieren y que quieres, a las que quizás no las muestres diariamente ese cariño que sientes hacia ellos. Pero creo que deberíamos todos romper esa barrera y mostrar amor hacia personas que queremos sin miedo a nada, ya que una vez que ya no tenemos a esas personas es cuando nos arrepentimos de no haberles dicho todo lo que les queríamos cuando les teníamos con nosotros. Por eso, tenemos que disfrutar cada minuto de nuestra vida y compartirlo con aquellas personas que nos quieren.


Más tarde, empezamos a hablar sobre los miedos. Tema bastante complicado también, y del que se puede buscar mucho más a fondo.
Comenzamos hablando sobre aquellos sueños que nos provocaban sensación de miedo, angustia… y realizamos una actividad que consistía en contar una de nuestras peor pesadillas a un compañero y entre los dos buscar un “antídoto” para poder superarlo.
Esta actividad me gustó bastante ya que me sirvió para liberarme bastante de aquellos malos sueños que incluso de pequeña tenía. El hablar con alguien siempre te ayuda a soltar todo aquello malo que tenemos en nuestro interior. Sin embargo, el hecho de buscar un antídoto no creo que nos sea útil para combatir una pesadilla, ya que no es algo que controlemos nosotros.
Sobre el tema de los miedos, creo que es bastante amplio y bastante complicado, ya que es una sensación bastante difícil de control y también muy personal. Pero si algo tengo claro, es que el miedo tampoco es malo. Creo que hay en muchas ocasiones en las que el miedo nos hace actuar de cierta manera que al final nos lleva por el camino adecuado, debido a la prudencia y precaución. Pero esto no quiere decir que debamos vivir con miedo. En absoluto, ya que sería desaprovechar la vida debido a que no viviríamos cada momento como si fuera el último. Todo hay que saber llevarlo en su cierta medida y dentro de unos límites.
Pero también creo que hay muchos tipos de miedos, y alguno sobre el que me gustaría hablar creo que es incontrolable, o mejor dicho, inevitable. Es el miedo a la soledad, a quedarte solo o a perder a  personas que quieres. Pienso que este miedo es normal, ya que es natural que las personas vayan desapareciendo de nuestra vida. Pero no podemos vivir con miedo o angustia ya que creo que no nos permitiría ser felices y disfrutar de la vida. Pienso que todos tenemos miedo a estar solos, pero no por ello debemos de vivir con miedo, que es totalmente diferente.
Finalmente me gustaría decir que todas las personas tenemos siempre algún miedo, ya sea a un animal, un objeto, un lugar, una persona, una sensación… Cada uno de nosotros somos un mundo y por ello, tenemos emociones distintas. Pero la mayoría de nosotros, posiblemente tengamos un amuleto de la suerte que nos ayude a superar alguna barreras de los miedos. Puede que pensemos que no tenemos ningún objeto material que nos da suerte, o nos protege, pero si nos paramos a pensar, seguramente acabemos encontrando que en situaciones de miedo o de incertidumbre siempre hay algo o alguien que nos hace seguir para adelante, y es exactamente eso, nuestro amuleto de la suerte.


En mi caso, tengo un “amuleto de la suerte” bastante peculiar, que sobre todo lo llevo conmigo en aquellas situaciones que me producen miedo o inquietud. Es un muñeco, algo extraño y ya bastante deteriorado, pero tiene mucho significado en su interior, y por ello es por lo que me proporciona seguridad en mí misma. Me lo regaló mi hermano cuando era pequeña, y para mí, mi hermano es un modelo a seguir, tiene muchas cualidades y valores que admiro, y siempre ha sido un segundo padre para mí ya que me ha cuidado siempre y ha estado conmigo en todos aquellos momentos en los que le he necesitado. Por eso, el llevar este amuleto conmigo en ciertos momentos que me siento insegura, me hace sentir que él está conmigo y que por lo tanto no me va a pasar nada.


  

Además, en clase, hemos decidido hacer un “atrapamiedos” para que, incubando nuestros miedos, logremos diseñar uno personal que nos ayude a atrapar todos aquellos miedos que tenemos. Hemos pensado hacerlo con la misma forma que un cazasueños tradicional, en forma de mandala, ya que el círculo siempre ha sido señal de protección, y en este caso lo que necesitamos precisamente es eso.
En un primer momento no tenía muy claro cómo lo iba a hacer, pero hablando curiosamente de miedos, recordé una pesadilla que me hizo levantarme llorando y bastante sofocada. En este mal sueño, mi hermano se moría, y ya he dicho antes todo lo que significa mi hermano para mí.
Esta idea me ayudó a comenzar a diseñar mi atrapamiedos, dejándome un poco llevar. Finalmente pensé que debía poner algo que me recordara y que me uniera directamente a él, y por ello decidí incluir un ancla en la parte superior del círculo, ya que él siempre me ha dicho que le gustaría que lleváramos tatuados los dos un ancla para que simbolizara nuestra unión.
A continuación os dejo una foto en la que podéis ver este trabajo. Probablemente para muchos sea un simple cazasueños, pero para mí tiene mucho más significado en su interior, lo que creo que me va a ayudar y me va a proporcionar mucha fuerza y buena energía.



No hay comentarios:

Publicar un comentario