domingo, 3 de abril de 2016

EL BAILE DE LA SALVACIÓN.

Me gustaría hablar sobre el baile con el que se empezó una clase.
Fue algo muy curioso ya que todo vino por una experiencia propia de la profesora. Según nos contó ella, tuvo alguna que otra coincidencia con la película de Blancanieves teniendo una mala premonición. Para que el “malvado” no llegara a presentarse a su vida propuso hacer una especie de conjuro, traduciéndose en una danza especial que consistía en dejarte llevar libremente dando una especie de saltos agarrados a una pareja. Era un baile muy alegre y agitado. Bailamos todos y acabamos haciendo una especie de paseíllo por el que íbamos pasando todos de dos en dos bailando.

Una vez que acabamos de bailar, la profesora hizo una reflexión con la que estoy totalmente de acuerdo.
“Cuando bailas te olvidas de todo lo demás, no piensas en ninguna otra cosa, simplemente bailas”. Esto es algo que a mí me toca muy de cerca ya que desde que tengo 3 años estoy metida en el mundo del baile. Yo elegí este camino, y sí, es muy sacrificado y se necesita mucha constancia, pero cuando realmente algo te gusta no te importa invertir tiempo y esfuerzo en ello. Para mí bailar es una parte de mi vida, ya que es una manera de desconectar de todo, de olvidarte de tus problemas por un momento y de dejar salir todos tus sentimientos a través de tu cuerpo. Es una manera de expresarte sin necesidad de pronunciar una palabra. Es una vía de escape de todo lo malo, y de todo lo que nos causa angustia.
Como cualquier otro arte, cada día bailas expresando un sentimiento distinto en relación de cómo te encuentres ese día.
Además es una actividad que no sólo te permite desarrollar, disciplinar y coordinar los músculos y todas las partes de tu cuerpo, sino que también ejercita y desarrolla la mente.

Mucha gente considera el baile una tontería o un simple hobbie, pero creo que hablan desde la ignorancia ya que ellos no lo sienten en su interior. Por eso mismo no le doy importancia a esos comentarios, a palabras necias oídos sordos. La ignorancia en estos casos es lo mejor, porque esto que acabo de decir sólo lo entenderán aquellas personas que compartan mi pasión; el resto, simplemente leerán un texto.




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